lunes, 1 de febrero de 2010

¿Sabes a donde te diriges?

Subí al autobús, no me importaba saber a donde me dirigía, vi un asiento vacio al final. Dirigí mi vista hacia la ventana algo empañada, las calles estaban vacías, se podría decir que sin vida. El cielo azul del cual estaba acostumbrada ahora era gris, una capa de nubes impedía que los rayos de sol pasaran como antes lo hacían, sentí algo de frió y una vez mas, me perdí en mi mente.

-No soporto estar así.- Le dije a una amiga.- Ya me canse.
-Pues haz algo.
-Aja, si. ¿Sabes? me iré, necesito despejar mi mente.
-Huir no te servirá de nada.
-¡¿Entonces?!
-No se.

No logre concentrarme y regrese al mundo real casi al instante, estaba aturdida, harta de todo, quería alejarme, por eso tome el primer autobús, no vi ni siquiera a donde me dirigía, simplemente quería escapar... Tal vez debí pensar bien las cosas, tal vez tenia que hacerles caso a los que me rodeaban y dejar mi vida tal y como estaba, tal vez si hubiera hecho eso ahorita no estaría perdida.

Unos minutos después una señora se acerco a mi, me pregunto si me sentía bien.
-Si, solo que estoy algo cansada.
-No creo que lo tuyo sea solo cansancio.
-Ah me descubrió.
-¿Que tienes?
-No se, no sabría decirle que es lo que me pasa
-¿Porque?
-Ni siquiera se quien soy ¡¿como puedo decirle lo que me pasa si no se quien soy?!
-Eso dependerá.
-¿De que?
-De las metas que tienes, de lo que quieres ser en la vida.
-Eso es lo que me preocupa, no se lo que quiero.
-Es normal. Eres joven, no te preocupes por eso.
-Pero creceré y no quiero ser adulta y no tener identidad.
-Conozco a muchos adultos sin identidad y paresen ser felices, copian cosas que hacen otros, etc.
-No quiero ser como los demás, no quiero depender de otros.
-Y dices que no sabes que es lo que quieres.

La señora se paro y bajo del autobús, se despidió con una dulce sonrisa.

Yo seguía en el ultimo asiento del autobús, el silencio era envolvente, solamente se alcanzaba a escuchar las llantas del autobús al pasar sobre el asfalto y la respiracion de los pocos pasajeros que íbamos en el. Ya no estaba preocupada, ahora mi mente estaba relajada, cerré los ojos y tuve un momento para reflexionar en la conversacion que acababa de tener... Quize mirar a la ventana una vez mas.

Baje del autobús, no sabia en donde estaba, pero sabia hacia donde me dirigía ahora.